Si te acabas de hacer un tatuaje, debes seguir unas pequeñas indicaciones para que este cure perfectamente y no pierda la viveza y color originales.
Debemos cuidar el tatuaje como si de una herida se tratase.
Después de la realización del mismo, te habrán puesto en la zona un film transparente para proteger la zona. Este film es recomendable no quitarlo al menos en un par de horas.
Después de transcurrido este tiempo podemos proceder a lavarlo. Es normal que al quitar el film observemos que ha soltado un poco de tinta y sangre. No te preocupes esto es normal. En este paso debemos prestar especial atención a la higiene. Nos lavaremos bien las manos y a continuación lavaremos el tatuaje con agua templada o como más te guste, un jabón neutro sin alcohol. Puede ser por ejemplo un jabón para bebés. Después aclaramos bien y lo secamos con papel absorbente, de los típicos de cocina. Posamos el papel sobre la zona y dejamos que absorba el agua sin frotar. Una vez que esta bien seco, procedemos a aplicar una crema hidratante o si quieres más tranquilidad, una cicatrizante que puedes encontrar en farmacias. Nuestra recomendación es volver a cubrir el tatuaje. Repetiremos estos pasos 3 veces al día. A partír del tercer día ya podemos dejar de tapar el tatuaje, aunque seguiremos realizando los lavados y sobre todo la hidratación con la crema. Esta la seguiremos utilizando unas 2 semanas.
Poco a poco el proceso de curación irá avanzando y observaremos cambios, que pueden ser la aparición de costras o postillas, que nunca debemos arrancar. Ya se caerán por si solas. También sentiremos picor, pero bajo ningún concepto debemos rascarnos.
Debes de tener presente que un tatuaje es una herida, por lo tanto debes seguir al pie de la letra estas indicaciones, para que el tatuaje cicatrice correctamente y permanezca tan espectacular como el primer día.
